Comentario
Es probable, al menos al principio, que la victoria les pareciese a los rusos algo lejano y, tal vez, inalcanzable; con todo, la llamada de Stalin tuvo un efecto galvanizador sobre la población. Miles de hombres, trabajadores, campesino, viejos y jóvenes, corrieron a enrolarse.
El entusiasmo era tal que en las mesas de alistamiento tuvieron que rechazar voluntarios porque no había armamento suficiente, y otras, porque las fábricas se arriesgaban a quedarse sin mano de obra.
Enseguida comenzó el adiestramiento de los voluntarios en el uso de las armas. Todo se desarrolló con rapidez. Los batallones tuvieron que ser enviados al frente con tan sólo algunos días de instrucción.
En todo el frente, las tropas alemanas comenzaron a darse cuenta de que algo estaba cambiando en las líneas enemigas.